El futuro y los nuevos riesgos @bilinkis @marshglobal

Por Santiago Bilinkis

“La tecnología está permanentemente tomando el trabajo del presente y dejándonos obsoletos, convirtiéndolos en trabajos del pasado. Nos toca el extraño privilegio de vivir el mayor cambio en la historia del mundo del trabajo, y la causa es una tecnología de la que seguro todos han escuchado muchísimo: la inteligencia artificial”

“Deep learning, o aprendizaje profundo, es una nueva forma de inteligencia artificial. Eso llevó, hace unos meses atrás, a que las computadoras llegasen a un hecho asombroso: una computadora Alpha Go le ganó al número uno mundial de Go, Lee Sedol, que había ganado 18 títulos mundiales. La computadora lo aniquiló. Pero lo interesante es como se logró eso, porque a diferencia de 20 años atrás, cuando Deep Blue le ganó a Kasparov, habiendo sido programada por seres humanos, Alpha Go no fue programada por seres humanos para jugar el Go. Alpha Go fue programada para aprender a jugar el Go”.

“Lo que tienen los sistemas de aprendizaje profundo es que no se programan, se educan. Se entrenan. Lo que hicieron con Alpha Go fue darle algunos cientos de millones de partidos, para que de ahí la computadora aprenda a jugar. Cuando Alpha Go aprendió a jugar, jugó 10 millones de partidos de práctica contra sí misma, después de ese número de prácticas, Alpha Go jugaba bastante bien y eso se logró sin intervención humana”.

“Nadie le enseño de estrategia, nadie le enseño como a Deep Blue. Fue sólo la combinación de información para que la computadora aprenda y mucha práctica, el resultado fue una habilidad sobrehumana. Otro dato interesante es que todo ese proceso se alcanzó en 40 días”.
“Son computadoras que pueden aprender cualquier cosa. Y están aprendiendo. El genio salió de la lámpara”.

“Si le mostrase un artículo escrito por un periodista humano y un artículo escrito por una computadora, no van a poder identificar cuál es cuál. Tanto es así que el Washington Post publicó 850 artículos escritos por computadoras y ningún de los lectores se dio cuenta. En unos años, sí, van a poder diferenciar cuál es cuál, el que esté mucho mejor hecho habrá sido hecho por la computadora. Hoy hay inteligencias artificiales capaces de identificar quien va a sufrir un ataque cardíaco mucho mejor que cualquier cardiólogo. Hay inteligencias artificiales que pueden identificar cáncer a partir de imágenes y pueden prescribir protocolos personalizados de quimioterapia mejor que cualquier oncólogo. Hay inteligencias artificiales que se están preparando para ser abogados. Imagina un abogado que pudiera tener en su cabeza todas las leyes, todos los pasos, todas las apelaciones, absolutamente todo al servicio de una estrategia para ganar. Eso es lo que en algunos años va a transformar un montón de los trabajos actuales en trabajos del pasado y crear un montón de trabajos nuevos y diferentes a los de ahora”.
“Estoy seguro que no es la primera vez que están escuchando hablar sobre ese tema y todos seguimos con nuestras vidas como si nada estuviera pasando. No estamos reaccionando”.
“Con respecto a esta negación, realicé mis propias encuestas y estos fueron los resultados:

¿Será tu trabajo transformado por software y/o robots en los próximos 20 años?
71% Si
29% No

¿Te sentís preparado para los trabajos del futuro?
30% Si
70% No

¿Podrías ser feliz viviendo sin trabajar?
60% Si
40% No

¿Estarías de acuerdo con que haya un Ingreso Universal?
58% Si
42% No”.

“El autor Nassim Taleb escribió un libro llamado El Cisne Negro, donde destacaba el problema que significa para los seres humanos cuando ocurren cosas profundamente imprevistas. A eso es lo que llama cisnes negros. En mi caso, tengo un riesgo muchísimo más grande que los cisnes negros de Taleb, que bautice como los Patos Negros. Un Pato Negro no es algo sumamente imprevisible, pero si con un gran impacto. Un pato negro es algo que nosotros sabemos que va a pasar y aun así no nos preparamos para él. Hay ciertas cosas, como, por ejemplo, el impacto que la inteligencia artificial va a tener sobre el mundo del empleo, que sabemos que va a pasar, que sabemos que no pasa mucho, y seguimos mirando para el otro lado, sin prepararnos”.

Hablando sobre el avance de las inteligencias artificiales capaces de cambiar videos y audio Bilinkis mostró un ejemplo de un video de Obama donde se cambiaba lo que estaba diciendo y a la vez, se modificaba sus gestos faciales para alterarlo y que sea creíble. “Estamos muy cerca de no poder creer en absolutamente nada de lo que veamos. Piensen en el impacto de eso para la evidencia policial, por ejemplo. ¿Cómo vamos a establecer que pasó cuando toda prueba material pueda ser fabricada?”.

Por otro lado, para mostrar los impactos de las inteligencias artificiales en el mundo del trabajo, Bilinkis presentó un experimento con el algoritmo del Google, donde uno pone en el buscador  los términos peinados y profesionalismo y te presenta una distinción por etnia, con un efecto discriminatorio. “El algoritmo aprende sólo y él aprendió, sin saber cómo, que las mujeres profesionales son blancas y las poco profesionales son negras. Esto es un problema gigante, porque todos los algoritmos están, en general, entrenados en bases a datos humanos”.

Otro tópico abordado por Bilinkis fue la cuestión del salario universal, principalmente por causa de la amenaza de la sustitución de empleos humanos por máquinas y la imposibilidad de generar trabajos suficientes para las personas. Destacando que la idea está siendo debatida y planteada por expertos del Silicon Valley, por ejemplo, es una manera de combatir los efectos del desempleo en masa que puedan surgir. En su opinión, Bilinkis cree que la solución puede pasar por la reducción del número de horas de trabajo por persona, aumentando el número de plazas mismo con las sustituciones de trabajadores de otras funciones por máquinas.

El ultimo riesgo presentado por Bilinkis tiene relación con el factor ético, conjeturando cómo las inteligencias artificiales del futuro tomarán decisiones que hoy pertenecen a los humanos, el economista cuestiona de cuál tipo de ética serán dotadas esas tecnologías. 

“Un auto autónomo podrá incorporar informaciones que le permitirán decir que de frente viene un ómnibus escolar y proyectar que, si el auto girase adentro, ocasiona un choque frontal con el ómnibus escolar, el pasajero del auto autónomo tiene un 50% de probabilidad de morir, y el ómnibus escolar mata 15 chicos. Si el auto autónomo gira para afuera, el pasajero del auto muere con certeza, pero se salvan 15 niños. ¿Qué decisión debería tomar el auto? ¿Ustedes subirían en un auto, sabiendo que te puede matar? ¿Cambiaría algo si fueran viejos en lugar de chicos? Dotar a un auto de capacidad para tomar decisiones en contextos humanos implica dotar el auto de capacidad para resolver conflictos entre valores humanos. Un auto autónomo necesita tener una ética. ¿Qué ética van a tener nuestros autos autónomos?”.

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SANTIAGO BILINKIS
Licenciado en Economía, graduado con Medalla de Oro de la Universidad de San Andrés. Emprendedor y tecnólogo.  Co-fundador y CEO de Officenet, la mayor empresa de insumos de oficina en Argentina y Brasil, adquirida por Staples.  Co-fundador de otras empresas tecnológicas como Restorando y Trocafone. Columnista en el programa Basta de Todo (Radio Metro 95.1) y en la revista del diario La Nación. Personalidad Destacada de la Ciencia y la Tecnología, otorgado por la Ciudad de Buenos Aires.

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