Trabajo en equipo como modelo de gestión estratégica

El trabajo en equipo cobra cada vez mayor relevancia como modelo de gestión estratégica, y mas aún en las áreas de sistemas, donde actualmente sus integrantes y fundamentalmente el líder, están involucrados no solo en la tecnología sino también en el negocio.

Si entendemos por equipo a un conjunto de individuos con diferentes experiencias, conocimientos y características a efectos del logro de objetivos, podemos inferir que es el principal medio para enfrentar los cambios vertiginosos de los tiempos actuales, para generar constante creatividad y conocimiento y para el manejo eficiente de información compleja.

Todo equipo de trabajo atraviesa ciertas etapas desde su formación hasta su plena conformación y funcionamiento.

Hay una etapa de formación en donde la incertidumbre predomina como factor, en cuanto a  los objetivos, al liderazgo y a la relación entre los integrantes. Luego, dependiendo del grupo, suele existir mayor información pero carente de organización, y donde por lo general, varios integrantes pretenden imponer sus puntos de vista. Cuando esta etapa se supera, los objetivos y roles se clarifican y se aceptan, lo cual tiende a establecer métodos de trabajo eficientes.

Finalmente se llega al pleno funcionamiento, donde toda la potencia del grupo se canaliza hacia el objetivo y comienzan a aflorar valores tales como el orgullo de haber logrado metas, y la cooperación entre los integrantes.       

Para ello, y aunque muchas veces resulte obvio, hay ciertas pautas que deben cumplirse entre los integrantes, ésta es una tarea vital para el líder, quien deberá coordinarlas y ayudar a que se cumplan. De acuerdo a mi experiencia personal, entre las más importantes están:

a) Plantear objetivos claros.
b) Planificar antes de actuar.
c) Distribuir claramente las tareas y roles.
d) Resolver los puntos de vista diferentes.
e) Generar un clima entusiasta.
f) Ejercer la capacidad de empatía (ponerse en lugar del otro).
g) Aprender a pedir ayuda.
h) Saber escuchar.
i) Recibir y dar elogios en forma espontánea.
j) Lograr alinear al grupo, y para ello, la potencia de sus integrantes debe potenciar al grupo y no funcionar como entes individuales.


Existen ciertas pautas medibles cualitativa y cuantitativamente que dan idea sobre el buen funcionamiento de un grupo. Si el equipo funciona como tal, se producen en el tiempo resultados que satisfacen a clientes externos o internos según el proyecto del que se trate, también se logra una fuerte cohesión, bienestar personal y autoestima entre sus integrantes.

Como reza el viejo proverbio “muéstramelo y lo recordaré,… Involúcrame y lo entenderé”.


Autor: Héctor Lambruschini. Recibido en la Universidad de Belgrano. Trabajó durante varios años en la división informática de la Policía Federal, desarrollando y teniendo a su cargo importantes sistemas de dicha institución. Desde hace más de 15 años trabaja en Cerámica San Lorenzo, empresa multinacional líder en la producción y venta de revestimientos cerámicos, desempeñándose desde hace dos años como responsable de sistemas. 

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