CÓMO UNA PANDEMIA PUEDE IMPULSAR NUEVAS LECCIONES EN EL CIBERESPACIO


Todos en diversa forma cargamos con nuestras deformaciones profesionales, y tienden a integrarse en nuestra personalidad más cuando llevan en nuestro organismo varios lustros. Una de esas deformaciones profesionales que llevo en mi mochila es la que el Infante se Adapta, ¿a qué se adapta? al terreno, al clima, al entorno social, en definitiva, se adapta a todo; en otro espacio de la mochila llevo el hecho que por cada actividad que llevábamos a cabo o por cada ejercicio realizado, al final del mismo venía siempre la misma pregunta a responder ¿qué lección aprendimos hoy?, y es el día de hoy que hago lo mismo con el personal a mi cargo, ya que a partir de esta respuesta se persigue el hecho que el personal se mantenga ágil y buscando siempre mejores formas de ejecutar nuestra misión. Si la vieja forma no satisfacía nuestras necesidades, teníamos que repensar y encontrar una nueva y mejor manera de hacer el trabajo; incluso en combate. Ahora, en época del Covid19 causando un tipo completamente diferente de actividad estresante, deberíamos hacernos la simple pregunta “¿qué estamos aprendiendo hoy?" y si queda tiempo “¿cómo nos vamos a adaptar?”

Con todo el tiempo transcurrido podemos inferir que ya hay lecciones aprendidas durante el COVID-19 que se están acumulando y deberían incitarnos a repensar cómo operamos, capacitamos y equipamos a nuestras organizaciones a medida que buscamos avanzar. El hecho de que hayamos sobrevivido hoy no significa necesariamente que sobreviviremos mañana si aceptamos el pensamiento y las soluciones de hoy con demasiada fuerza. Las organizaciones, tanto Públicas como Privadas deben tender a ser tan ágiles en la maniobra intelectual ahora como lo exige el combate.

Dentro de la esfera del sector Público, quizás más que cualquier otra organización, las áreas de Defensa, Seguridad e Inteligencia tienen la inercia organizacional más difícil que enfrenta la oportunidad de repensar todo. Esto es especialmente cierto para las áreas (dentro de las organizaciones) de tecnología de la información y ciberseguridad. Sin embargo, ahora es el momento para que los líderes de todos los niveles hagan una pausa y pregunten: "¿Qué estamos aprendiendo hoy?" ahora es el mejor momento para desafiar el pensamiento convencional y repensar todo y adaptarnos al nuevo escenario.

La estrategia actual de ciberseguridad se basa en la estrategia de seguridad de defensa en profundidad basada en perímetros y capas, que posiblemente sea la misma estrategia empleada por Sun Tzu, Clausewitz e innumerables otros generales durante siglos. Si bien esa estrategia funcionó para ellos, lo cierto es que no convivían con Internet ni el ciberespacio. Así, que deberemos repensar nuestra estrategia de ciberseguridad. Las organizaciones que adoptaron la estrategia de seguridad Zero Trust están demostrando una mayor capacidad de recuperación y agilidad, un menor costo de operaciones y un mejor rendimiento durante esta crisis. Un ejemplo dentro del ámbito de la Defensa es el Departamento de Defensa (DoD) de Estados Unidos de Norteamérica que ha estado "analizando" Zero Trust durante años, aunque debería salir rápidamente de la "parálisis por análisis".
El ciberespacio no es “un algo” estático, restringido y dependiente de los estándares de un Ministerio de Defensa o de Seguridad ni de cualquier organización. Durante esta crisis de COVID-19, una de las opciones que ha venido a aparecer para quedarse es el famoso Home Office o Teletrabajo, y ciertamente que ha sido muy bien recibido y aprovechado por todas las partes. Pero que sucede cuando no se realiza adecuadamente, según se ha sabido en la Fuerza Aérea de Estados Unidos de Norteamérica (USAF por sus siglas en inglés) algunos elementos habrían estado intercambiando ideas en las redes sociales, sobre cómo cumplir su misión desde casa a pesar de las barreras arquitectónicas y técnicas presentadas por la arquitectura de tecnología anticuada del DoD. Algunos han llamado a estas barreras un "ataque de denegación de servicio autoinducido". 

Son este tipo de hechos que nos llevan a la imperiosa necesidad de adaptar las arquitecturas, en el espíritu original de Internet: diseñado para que pueda ejecutar sus tareas de forma segura independientemente de dónde se encuentre físicamente y en cualquier dispositivo. La realidad de cualquier Fuerza Armada o de Seguridad es que se necesitan que sean altamente ágiles y maniobren con absoluta libertad en cualquier escenario y ello incluye al 5° Dominio (Ciberespacio), éste es un buen momento para repensar toda la arquitectura mientras se prueban y adoptan rápidamente nuevas tecnologías y construcciones operativas de empleo en el ciberespacio.

Las grandes potencias mundiales han desarrollado programas para contar con Oficiales y Personal profesional en el Arma de Ciberguerra, pero sufren en contrapartida en ser cada vez mas dependientes de la Industria. Es necesario para ellas repensar el tamaño y la composición de sus equipos cibernéticos, que se enmarcan en estructuras organizativas militares tradicionales en lugar de necesidades dinámicas de misión. 

Los países menos aventajados por el contrario tienen una preeminencia, que es el lienzo en blanco que les permite aprovechar las experiencias (errores y aciertos) de otros, suelen ser Fuerzas Armadas pequeñas que podrían aprovechar dinamismo, siempre y cuando no estén absorbidas por las burocracias o por las tradiciones espartanas que impiden su evolución; tienden a haber organizaciones que se sienten cómodas con el status quo. 

Para cualquiera de ambos casos les tengo una gran novedad: ¡la innovación proviene de las personas y no de los cosas o lugares! Las personas innovadoras que crean nuevas ideas y capacidades están en todas partes. Cuando continuamos aprovechando las mismas fuentes, a menudo obtenemos las mismas respuestas a pesar de que las preguntas cambian.  Las grandes ideas no solo se encuentran en Sillicon Valley o únicamente en los Estados Unidos. Nuestra cultura Organizacional debe recompensar la curiosidad, la investigación y buscar activamente fuentes de información no tradicionales que generen oportunidades.

En tiempos de crisis y cambios más que nunca deberíamos estar en este momento preguntándonos "¿Qué estamos aprendiendo hoy?" y en segundo lugar deberíamos estar “adaptándonos” a los que muchos denominan la nueva realidad. Ahora es el momento para que los líderes de todos los niveles echen un vistazo crítico al entorno actual con miras a nuestro futuro deseado. Es hora de repensar todo.



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