@ElCapital Cómo será el nuevo sistema de comisarías y patrullaje para enfrentar al delito

El estado de debacle del sistema de comisarías vigente en la ciudad de Rosario, que será reemplazado por un esquema de seis comisarías distritales a levantarse este año, está constatado en un diagnóstico oficial realizado el año pasado en el cual se revela la inutilidad operativa de las 32 seccionales de la ciudad para enfrentar el delito. El informe determinó que el 45 por ciento del total de las comisarías no tenía un plan de patrullaje, lo que demuestra la inexistencia de un análisis de la situación delictiva en las jurisdicciones en las que les toca actuar. Pero las que sí alegaron tenerlo no ajustaban el movimiento de los móviles a ningún criterio sobre la información del delito sino que lo hacían en forma aleatoria: sin estadística clara ni fuentes de datos verificables, no existía coherencia en el desplazamiento de los móviles, que terminaban girando por el territorio a ciegas, sin criterio para ubicar los lugares de conflicto.
   Las seis comisarías proyectadas serán de mayor envergadura que las actuales. Estarán situadas en un radio de cuatro manzanas alrededor de cada uno de los seis centros de distrito en que se divide el municipio, con la idea de seguir una pauta criminológica de planificacion urbanística. Algo que no se verifica actualmente, cuando la relación entre seccional policial y territorio a controlar está completamente desfasada.
   Los ejemplos sobran. La subcomisaría 2ª abarca un territorio extenso y complejo: la Zona Cero, Nuevo Alberdi, Cristalería, Aldea Fisherton, Hostal del Sol y Palos Verdes entre otros barrios, muy distantes y muy disímiles entre sí. Además, allí están proyectadas 10 mil viviendas a mediano plazo, lo que representará un aumento que volcará al menos otras 40 mil personas en la zona. En contraste la comisaría 8ª, en la zona del shopping Alto Rosario, cubre una superficie diez veces menor en territorio. La sub2ª tenía a enero de este año un plantel de 24 efectivos que nunca están juntos por las distintas cargas horarias y régimenes de franco. La 8ª, a la misma fecha, tenía una dotación de 30 policías.
Sin respuestas. “El sistema actual de comisarías no le da respuestas a la comunidad en su requerimiento de protección. No lo dice el diagnóstico de un Ministerio, lo dicen los vecinos que se quejan de que no les toman las denuncias o los desalientan a hacerlas, que no les atienden el teléfono, que los móviles nunca llegan ante un requerimiento y que los delincuentes son conocidos por todo el barrio menos por aquellos uniformados que trabajan en la comisaría. Los vecinos no tienen que temer el cambio porque son los primeros en saber que lo que tienen ahora no funciona”, le dijo a La Capital el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro.
   Los desajustes en las comisarías de hoy se dan también en la lógistica entre personal, móviles y racionamiento. Un descontrol entre el número de efectivos en servicio por turno como en las patrullas utilizadas que redunda en la mala capacidad de respuesta y la ineficiencia en el patrullaje.

   “Pero hay un problema más profundo, de tipo histórico, y es que el comisario no le rinde cuentas a nadie por la falta de respuesta. En la práctica se hace cargo de una comisaría y desde allí está al mando de un territorio, con patrullas y personal sobre los que dispone sin explicaciones sobre qué reglas usa para garantizar la seguridad y con qué resultados. Esto es lo que debemos terminar”, indicó a su vez Eduardo Estévez, secretario encargado del Area de Inteligencia del Ministerio de Seguridad.
Los cambios. ¿Cómo vislumbran ese cambio cuando la policía que ejecutará las órdenes es la misma? Según dijo Pullaro, con una reformulación de tres aspectos claves:
   1) Cambiará la forma de impartir las órdenes, que serán bajadas desde un centro de control al que entran en tiempo real los registros de lo que pasa en la calle a partir de datos de la central del 911, del sistema digitalizado de denuncias y de las Fscalías. Ese centro se llamará Observatorio de Comando Operacional (OCO) y está en construcción en la sede de la Gobernación. Se espera que en agosto estén trabajando allí 200 operadores civiles y policías administrativos. Los que darán las órdenes operacionales serán jefes civiles del OCO que verán los puntos críticos en los mapas del delito.
   2) Esas órdenes serán recibidas por el comisario que estará a cargo de las comisarías distritales, quien trasladará las directivas a su personal, que no va a estar dentro de las comisarías sino en la calle, en sectores de patrullaje denominados cuadrantes o cuadrículas. Rosario estará dividida en 74 cuadrantes, uno por cada barrio del ordenamiento municipal (ver infografía). La cantidad de patrulleros a asignar a cada cuadrante dependerá de la planificación, las incidencias delictivas y las estadísticas.
   3) Las acciones policiales en base a las órdenes impartidas por el OCO estarán sometidas a un Protocolo de Rendición de Cuentas. Esas órdenes surgirán de los datos objetivos del delito que entrarán al sistema operativo del OCO y se reproducirán como puntos rojos en los “mapas de calor”. Cada orden exigirá la respuesta de cómo resultó la acción policial. Lo que a su vez es un criterio objetivo para la evaluación de los uniformados al momento de realizarse las juntas de ascensos en la fuerza. 
"Lo que es un verdadero cambio cultural es que los policías no cumplirán órdenes caprichosas. Para dar esas órdenes no se necesita gente recorriendo la calle sino controladores de servicio que vean los delitos del momento y su desplazamiento, a partir de un software predictivo, en un monitor. Ya no se tratará del olfato policial o la lectura antojadiza sobre la situación delictiva. La información criminal estará en manos del Ministerio y las autoridades civiles desarrollarán los planes de cómo se interviene en el teritorio. Y cada paso estará sujeto a supervisión porque toda orden quedará registrada en el sistema", dijo Pullaro.
Megacomisarías. El plan de seis megacomisarías o comisarías distristales (COD) se anuncia como un intento de dar coherencia a los esquemas territoriales para la prevención policial, generando un mejor despliegue de los 5 mil efectivos destacados en la ciudad de Rosario, en base a información criminal, criterios demográficos y de organización política del espacio urbano. La planificación del despliegue policial de las nuevas comisarías debe vincularse a la proyección del crecimiento de la ciudad en los próximos 15 años a través de los centros municipales de distrito.
Sus lugares de emplazamiento y construcción están en proceso de selección. Quien se encarga de la búsqueda de los terrenos es el secretario general de la Municipalidad de Rosario, Pablo Javkin. La recomendación es que las megacomisarías se levanten en un radio de cuatro manzanas alrededor de los Centros Municipales de Distrito.
Históricamente hubo un choque entre las áreas de Orden Público (a cargo del control de las comisarías) con las de la Agrupación Cuerpos (que controla a la policía de calle como el Comando Radioeléctrico, la Brigada de Orden Urbana y el Cuerpo Guardi de Infantería) que operaban con órdenes distintas en el mismo territorio. El modelo de megacomisarías, dice Pullaro, terminará con eso. Son los responsables de esas megacomisarías quienes definirán las funciones administrativas, operativas y de prevención a partir de la planificación que les bajarán desde el centro de control (OCO).
Habrá un patrullaje de respuesta inmediata con móviles afectados al 911 despachados según principios de urgencia y proximidad y un patrullaje operacional preventivo que complementará al anterior dentro de cada comisaría distrital. Cada una de éstas tendrá una cuadrícula integrada en promedio por 12 o 13 cuadrantes-barrios (ver inforgafía). Cada cuadrante es un sector de patrullaje flexible y pertenece a una sola jurisdicción policial.
Las comisarías distritales implican la desarticulación de las antiguas dependencias, las que seguirán funcionando residualmente: algunas como centros de denuncia, otras como módulos transitorios de detención o como unidades de atención de violencia de género.
Los jefes y subjefes de las antiguas comisarías serán reasignados a esas funciones. Algunos irán a los tres puntos de entrada para detenidos que habrá en tres zonas de la ciudad. Otros a las áreas de control y análisis criminal.
En las comisarías distritales no habrá detenidos, ni por ende personal a cargo de su cuidado. En principio habrá tres puntos de ingreso de personas demoradas/detenidas, donde se prevé la identificación dactilar y biométrica, el control médico y el contacto con el defensor ya sea privado u oficial. Se prevé que haya uno en la zona central (la actual comisaría 6ª en San Luis al 3200), uno en la zona norte (la comisaría 10ª de Darragueira al 1000 en Alberdi) y otro en la zona sur (la subcomisaría 19ª de barrio Las Flores). De allí pasarán a los módulos transitorios de detención que serán 16 en total. Una decena funcionará en las comisarías actuales que se irán desafectando de las funciones usuales.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/policiales/Como-sera-el-nuevo-sistema-de-comisarias-y-patrullaje-para-enfrentar-al-delito-20160417-0036.html 

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