@LaCapital Pondrán el 80 por ciento del plantel policial de Rosario en tareas de calle

La estrategia de control del delito en Rosario cambiará radicalmente si se afianza el plan generado por el Ministerio de Seguridad para los mayores enclaves urbanos de la provincia. Este se sintetiza en tres líneas. La primera es volcar el 80 por ciento de la dotación de los 4.500 policías que hay en la ciudad a la calle, afectando una enorme cantidad de efectivos que hoy no están en tareas preventivas. La segunda es la planificación del movimiento policial en base a información criminal en tiempo real y elaborada por un centro de control que a partir de denuncias digitalizadas, las llamadas al 911 y las videocámaras determinen los puntos críticos donde intervenir. La tercera es que las órdenes operacionales sean bajadas por esta central a seis megacomisarías, cuyo jefe las trasladará a sus patrulleros. Estos no solo deberán producir una acción concreta sino también informarla, generando con esta respuesta un criterio comprobable para evaluar el desempeño de los uniformados.
Para esto el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, impulsa tres transformaciones:
1) Desafectación de policías de tareas administrativas hacia labores operativas. "Hoy tenemos personal que traslada oficios judiciales, prepara raciones de comida, cuida detenidos, oficia de custodia y hace trabajo en oficinas de finanzas. No tiene el menor sentido formar a un policía y darle un arma para que haga eso. Todos los recursos irán a tareas preventivas y operativas porque ahí está la capacidad de transformar", dijo Pullaro a este diario.
2) Creación de un centro de control. Se llamará Observatorio de Comando Operacional (OCO), un organismo donde trabajarán 200 personas en un espacio que se refaccionará a un costo de dos millones de pesos en el subsuelo de la Gobernación, sobre las calles Moreno y San Lorenzo. Esa central, que se espera esté activa en agosto próximo, organizará las fuentes de información del sistema que provienen del sistema 911 y las denuncias digitalizadas procedentes de centros territoriales, comisarías y fiscalías. Será clave un procesador de información llamado Idos, un software de IBM que contacta personas con personas y personas con bienes, barriendo una nueva base de datos integrada (ver aparte).
3) Cambios en comisarías. Las 32 seccionales policiales que hay en Rosario solo quedarán abiertas como centros de recepción de denuncias pero no tendrán personal operativo ni detenidos. Se levantarán seis comisarías modelo en cercanías de cada uno de los seis centros municipales de distrito. Cada una de estas seis megacomisarías tendrá una importante dotación de patrulleros a cargo de los jefes. Serán grandes unidades de administración y planificación. Las zonas de acción se denominan cuadrantes y se referencian con los nombres de los barrios. De este modo Arroyito, Tablada, Acíndar, Belgrano o Fisherton serán cuadrantes con móviles permanentes asignados.
Para que el sistema funcione no sólo será clave el desempeño de una policía cuestionada y sometida a transformación. También la capacidad de que haya rapidez entre la orden impartida y su ejecución. Algo que tendrá su test en la práctica en el último cuatrimestre del año.

Los efectos. ¿Perjudica el cierre de comisarías la prestación de seguridad? En opinión de las autoridades no porque éstas hace mucho que no dan la respuesta que la ciudadanía requiere. Pullaro señala que son espacios burocratizados, sin personal en la calle, sin planificación. "No vamos a tener menos presencia territorial. Al revés. La presencia la tendremos en cada cuadrante o barrio con el 80 por ciento del servicio policial allí volcado. Y no con movimientos caprichosos sino basados en la construcción de datos permanentes en tiempo real, con estadísticas que el OCO les bajará a los patrulleros de cada cuadrante, para que actúen".
El titular de Seguridad enfatiza en que estas no son solo palabras. "El delito se mueve y nosotros vamos a mover a la policía de acuerdo a lo que pase en los cuadrantes, que no son estáticos. Si yo aumento la presencia policial en un lugar el delito va a desplazarse. Como criterio tenemos el mapa de calor del 911 —que son los puntos rojos que indican la concentración de focos de conflicto— y los datos digitalizados de las denuncias".
En el Servicio 911 hay una dotación de civiles que supervisa que las órdenes operativas que imparta el OCO sean cumplidas por la dotación de patrullas mediante el seguimiento del móvil asignado con GPS. "El sistema tiene una auditoría contínua de esta guardia civil por lo cual una directiva de servicio no puede no ser acatada sin consecuencias", dice Pullaro.
Ese 80 por ciento de personal que estará en funciones operativas en Rosario surge de reasignaciones de tareas administrativas que ya no se cumplirán en comisarías y reparticiones policiales. Esos datos ya los está proporcionando el censo policial que comenzó a realizarse el mes pasado. Ya hubo 6.500 policías censados en la provincia. Pullaro confía en que la voluntad política unida a los controles rendirá frutos. Pone como ejemplo que actualmente hay más de 130 patrullas de modo permanente circulando en Rosario, cuando a esta altura del año pasado el número no pasaba de 90 en los momentos de mayor cobertura.
Las personas detenidas no pasarán por comisarías sino que habrá tres módulos de detención para su ingreso en las zonas norte, sur y oeste, donde habrá tecnología de identificación dactilar y biométrica, control médico, provisión de ración alimentaria y contacto con abogados defensores. De allí irán a los llamados centros de detención transitoria que serán 14 en toda la ciudad. "Será el final definitivo de los penales policiales y de los efectos dañosos de destinar personal al cuidado de presos", dijo Pullaro.
El modelo a imponer en Rosario para fijar órdenes a la policía en base a herramientas tecnológicas que centralizan datos está inspirada en Carabineros de Chile, en la Policía Nacional de Colombia y en el sistema Compstat de la policía de Nueva York.
"Contradicción incomprensible"
“La dirección errática en la política de seguridad genera malestar en la ciudadanía, incertidumbre en la fuerza policial y contribuye a la inseguridad”. Así se expresó el concejal Diego Giuliano, presidente de la Comisión de Seguridad, frente al cambio de función en comisarías. Para el edil “estamos frente a una política inentendible. Se plantea recuperar ediliciamente las comisarías pero se anuncia su cierre; se plantea la fragmentación en 54 jefaturas y también se habla de mando único; se pide acercar la policía al vecino pero se pretende cerrar las comisarías en vez de fortalecerlas institucionalmente. Es una contradicción incomprensible”.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/contenidos/2016/04/13/noticia_0026.html

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