Clic, estafa, pérdida: la nueva ruta del fraude digital en Argentina | Por Daniel Piazza
Las estafas ya no tocan el timbre: llegan a la pantalla. WhatsApp, Facebook, Instagram o un SMS bancario son hoy la puerta de entrada a fraudes que pueden vaciar cuentas, robar identidades y destruir ahorros. Cada año miles de argentinos —jubilados, estudiantes, profesionales— caen en engaños cada vez más sofisticados. En esta guía resumimos los cuatro fraudes más frecuentes, las señales de alerta y las acciones concretas para protegerte. Además, analizamos la responsabilidad crítica que tienen las entidades financieras en frenar esta ola delictiva.
1. Robo de cuenta de WhatsApp – “La trampa de la confianza”
Los atacantes se hacen pasar por soporte técnico o un conocido y engañan a la víctima para que entregue el código de verificación de seis dígitos. Con el control de la cuenta, piden transferencias a familiares y amigos apelando a la urgencia.
Cómo blindarte
- Activa la verificación en dos pasos de WhatsApp.
- Jamás compartas el código de verificación.
- Ante un pedido de dinero, confirma por llamada o videollamada.
- Desconfía de mensajes que incluyan “urgente” o presionen para actuar rápido.
2. Ofertas falsas a jubilados – “Descuentos que salen carísimos”
Anuncios en Facebook prometen servicios de cable, internet o telefonía “especiales para jubilados” a precios irrisorios. Solicitan datos personales, CBU o un pago “de gestión”. El servicio nunca llega: sí el robo de identidad o el vaciado de la cuenta.
Cómo blindarte
- Desconfía de promociones demasiado buenas para ser reales.
- Verifica directamente con la empresa proveedora antes de pagar.
- Pide ayuda a un familiar o amigo si la oferta es online.
- Nunca compartas datos bancarios por teléfono ni redes sociales.
3. Tiendas fantasma en Instagram – “La vidriera perfecta para estafar”
Perfiles con fotos atractivas y comentarios falsos venden productos a precios imposibles. Tras la transferencia, el vendedor desaparece y la cuenta se cierra.
Cómo blindarte
- Revisa la reputación: comentarios auténticos, datos fiscales y sitio web.
- Prefiere pasarelas de pago con protección al comprador.
- Compara precios: si es demasiado barato, probablemente sea fraude.
4. Usurpación de identidad – “El peligro silencioso”
DNI filtrados, selfies o bases de datos hackeadas sirven para tramitar préstamos, abrir cuentas bancarias o blanquear dinero en tu nombre. Las víctimas se enteran al recibir deudas o citaciones judiciales.
Cómo blindarte
- Limita la información personal que compartes online.
- Activa alertas de movimiento en cuentas y buró de crédito.
- Usa contraseñas fuertes y únicas; habilita 2FA en todos los servicios.
El rol ineludible de las entidades financieras
Bancos, fintech y billeteras virtuales deben reforzar controles, invertir en sistemas antifraude y educar a sus clientes. Ejemplos de acciones mínimas:
- Alertas de comportamiento atípico (p. ej., un préstamo nocturno a un adulto mayor).
- Verificación reforzada cuando una cuenta recibe altos montos desde varias fuentes desconocidas.
- Programas de educación permanentes para clientes y personal interno.
Cuando los controles son laxos, la entidad se vuelve parte del problema. La inclusión financiera no puede avanzar sin seguridad compartida.
Denunciar es clave: no borres la evidencia
Conserva chats, correos, comprobantes y números de cuenta; son pruebas esenciales. Denunciar incluso montos pequeños ayuda a desarticular redes y evita nuevas víctimas.
El fraude persiste porque sigue siendo rentable y de baja penalidad. Prevenirlo exige usuarios informados, controles robustos de las entidades financieras y sanciones judiciales ágiles y efectivas. Si la estafa deja de ser negocio, los delincuentes perderán interés. Próximo paso: comparte esta guía con familiares y amigos para que nadie más caiga.
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