Actores de nuestras vidas en contextos veloces y disruptivos


Hoy las personas se encuentran en una intensa búsqueda de si mismas dentro de un mundo de cambios veloces y disruptivos, producto de la innovación tecnológica que las circunda y las absorbe.

Tomarse unos minutos resulta dificultoso, en especial si reflexionamos sobre nosotros mismos:
¿Qué quieres lograr hoy, cuál es tu meta?
¿Qué harás para lograrlo?
¿Qué significa lograrlo?


La razonabilidad de la realidad, posiblemente no se encuentre en equilibrio con la emocionalidad de esa misma realidad. La cabeza y el corazón deberían estar abrazados en sintonía y no disociados. Las personas que desde la intención mental decretan ser felices, toman una actitud más activa de transformación, sin importar lo que suceda alrededor.

Separar el todo como ser humano, mente y cuerpo, emoción y razón, puede causar desolación. No aceptar nuestro interior sería como querer separar cada lado de una moneda, ¿podría lograrse? Seguro… pero dejaría de ser moneda como tal.

La práctica del mindfulness zaragoza conlleva centrarse en el aquí y ahora, en el presente, prestar atención mente y cuerpo de lo que estamos haciendo, evitando cualquier dispersión o desatención, algo que nos induce constantemente las nuevas tecnologías.

Practicar mindfulness es aceptarnos, nos permite dejar de lado los juicios de valor, las opiniones sin fundamentos y las críticas no constructivas. Practicar mindfulness nos centra en el momento presente, alejándonos de las velocidades cambiantes del entorno disuptivo de hoy. El estrés nos aleja de nuestro centro, las múltiples actividades en paralelo nos dispersa en el equilibrio y nos produce un cambio de vida fuera de nuestro camino de transformación.

Sabemos que cada paso que damos, involucra un incentivo digital de alguna manera directa o indirecta. Somos nosotros que tomamos la decisión de darle tiempo a estos llamativos momentos digitales. Pero ¿cuánto lo hemos necesitado? ¿Qué tanto fue un acto inconsciente o consciente? Dentro de esa tranquilidad de pasibilidad que las nuevas tecnologías provocan, nos vuelve a alejar sin pretenderlo de nuestro centro, de nuestro interior, de la meta a la que queremos llegar.

Tomarse un momento para nosotros mismos, un momento de meditación, solo 10 minutos, hace que volvamos al equilibro entre la razón y la emoción, entre la mente y el cuerpo, en nuestra intención de alcanzar nuestra meta.
El mindfulness nos trae al aquí y ahora. El pasado ya no está, y el futuro es algo que vendrá de acuerdo a lo que decidamos hacer hoy. La práctica nos ayuda a ser más conscientes de como transitamos y transformamos nuestras vidas, siendo actores de nuestras acciones, o actores secundarios.

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